Quedamos sobre a las 11.30 en los remedios, ya que el centro se encontraba al final de la calle Betis, y no tuvimos problemas para encontrar el centro. Una vez allí llamamos y nos atendió una chica en recepción, de momento tras decirle que éramos las estudiantes de la universidad Pablo Olavide, prosiguió a dar constancia de que estábamos allí a la directora. Dándonos cuenta seguidamente que no sería ella quien nos iba a atender sino la trabajadora social del centro llamada Noemí.
Todo marchó sobre ruedas, la chica muy agradable y cerca a nosotras ya que era joven y diplomada en la conjunta, contestaba a todas las preguntas que llevábamos preparadas de forma ordenada sin tener que preguntarle.
Posteriormente, tras relaizarle la entrevista le preguntamos si nos podía enseñar el centro, y sin ningún problema Noemí nos enseñó todas las instalaciones del centro, sala de ocio, el patio, gimnasio, sala de manualidades, comedor, habitaciones, etc.
Las tres salimos maravilladas de la labor tan bonita e importante que realizaban en el centro, puesto que ha sido uno de los pocos centro que conocemos que existían mas educadores que trabajadores sociales, ya que casi todas las actividades eran meramente educativas y eso a nosotras que nos gusta más la educación social que el trabajo social nos ha hecho gustarnos más el colectivo de personas sin hogar.
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